Depresión, El Depredador Silencioso
La escritora Joan Rowling, supo cómo representar a la depresión en un ser físico. A este ser lo llamó “Dementor”. Joan Rowling es mejor conocida como J.K. Rowling, autora de la célebre saga titulada “Harry Potter”, esta sucede en el mundo de la magia, un mundo paralelo al nuestro. Dentro de este mundo hay criaturas horribles, entre ellas los dementores. Estos seres, según la escritora, se alimentan de los buenos recuerdos, de la felicidad de las personas, y cuando un mago, bruja o muggle (persona sin magia), pasa mucho tiempo con ellos, los dementores absorben su felicidad y ánimos de vivir hasta, quedarse con sus peores recuerdos y sin un sentido a la vida. Estos seres son el claro ejemplo de cómo se siente la depresión; el depredador silencioso.
La depresión es un trastorno mental1, es decir una alteración del pensamiento, percepción de la realidad, emociones, conductas y el trato con la gente2. Estos son ocasionados por un desbalance en los niveles de los neurotransmisores como: serotonina, noradrenalina, dopamina y oxitócina. Cuando hay un desbalance significativo con uno o más de estos neurotransmisores, pueden provocar un trastorno mental. En esta categoría se encuentran: depresión, bipolaridad, esquizofrenia y psicosis que son las más significativas y que se sabe que tienen origen en este tipo de sustancia química.
Existen dos principales tipos de depresión: estacionaria y clínica. La depresión estacionaria, es cuando por un evento muy significativo, estos neurotransmisores se ven afectados, y la persona cae en depresión, pero se dice que es estacionaria, porque después de un tiempo pasará. En cambio, la depresión clínica, es constante, es decir, que aunque pase el tiempo, esta no cederá.
La depresión no es sinónimo de estar triste o bajo de ánimos. Es estar constantemente y por mucho tiempo en ese estado y es provocado porque el cerebro de la persona afectada no produce suficientes neurotransmisores o éstos no completan su paso a través de las neuronas; por consiguiente, estos se reabsorben y no cumplen adecuadamente su función. El individuo que está deprimido se siente triste todo el tiempo, sin ánimos, siente que no tiene una razón para levantarse cada día, le pierde el significado a la vida, puede estar en situaciones donde comúnmente estaría lleno de alegría y aun así, sentirse infeliz. El estado más grave de la depresión se conoce como “anedonia”, que es cuando se está postrado en la cama y sin la más mínima energía de levantarse. A menudo estas personas solo duermen, porque es el único momento del día en el que no se sienten mal. A duras penas se levantan para ir al baño y a la par suceden cosas que se van a los extremos, como lo es dejar de comer o comer en exceso, la falta de apetito sexual o un gran apetito sexual; también pueden dormir en exceso o padecer insomnio. Estas personas en este estado, tienden a alejarse de su familia y la sociedad, no desean ver a nadie porque en su cerebro no hay más que recuerdos dolorosos e infelices, o bien se tornan dependientes de la compañía. En ocasiones los lleva a querer terminar con su vida, otras tantas se cortan porque sienten que ya no pueden percibir nada y que el dolor físico es lo único que los hace creer que siguen vivos. Es básicamente como estar muerto en vida. Todo esto provocado por un desbalance químico cerebral.
Ahora, no todo es gris, algunas personas llegan a tener una ligera descarga de energía y esto los lleva a buscar ayuda con un profesional. Los dos profesionales de la salud que pueden tratar este padecimiento son: un médico psiquiatra y un psicólogo. El médico psiquiatra, estudia 5 años de carrera, 1 año de internado, 1 año de servicio social y 3 años de especialidad para poder ser psiquiatra. El psicólogo estudio de 4-5 años para obtener su título, sin embargo, en algunos casos, es necesario que tomen cursos para especializarse en tratar a pacientes psiquiátricos. Los psiquiatras trabajarán desde el punto de vista médico, es decir, recetarán al paciente medicamentos para regular sus neurotransmisores (coloquialmente los conocen como hormonas de la felicidad), o para evitar que se reabsorban. De esta forma, el paciente está aliviando la parte neuroquímica, sin embargo, es necesario que a la par de consultar a un psiquiatra, visite a un psicólogo con las características que hemos mencionado para tratar todo aquello que produce desasosiego, tristeza, malos recuerdos y experiencias para que este nos guie a superarlos.
Lo curioso es que muchas personas, piensan que cuando una persona tiene esta enfermedad, se la imaginan como una persona callada, reservada, y antisocial, pero la realidad es que a menudo son las personas que más sonríen, más ríen y más intentan hacer felices a los demás, porque saben lo que es sentirse tan hundido que es como estar en el fondo de un hoyo.
Nuestra sociedad mexicana, ha estigmatizado a este tipo de enfermedades, que son más comunes de lo que creemos. Es normal que cuando alguien dice “voy con el psiquiatra”, “estoy tomando antidepresivos”, pensamos que la persona es farmacodependiente y que no puede valerse por sí misma, pensamos que está mal de la cabeza y que sus capacidades disminuyen. La realidad es muy diferente. Una persona con depresión puede ser increíblemente brillante y habilidosa, muy social y perfectamente funcional. Solo que a menudo, esta sobra que acecha desde el rincón más oscuro de nuestro cuarto, siempre está vigilando y a veces ataca para volver a hacernos sentirnos mal, pero no por mucho tiempo. Si el paciente lleva un buen tratamiento médico y una adecuada terapia acompañada de ejercicio, y una alimentación adecuada, la persona vive como cualquier otra. Es importante recalcar que estos cuatro factores son importantes e indispensables para que la persona que tenga depresión estacionaria o clínica, pueda salir de ella. Un solo tratamiento no funciona mucho y provocará recaídas, se deben llevar los cuatro procesos.
El consejo que puedo dar, para seleccionar a un buen psiquiatra y psicólogo, lo primero sería que te sientas cómodo hablando con ese profesional de la salud, que no sientas que te juzga, que te escuche, oriente y ayude a hacerte sentir bien contigo mismo. Ambos serán como un espejo, ya que te harán verte tal cual eres, tanto con todos tus defectos como con todas tus virtudes. El buen psicólogo y psiquiatra no juzga, no desarrolla un vínculo contigo, te motiva a seguir adelante, te comprende y te ve como lo que eres: un paciente que necesita ayuda. Cada uno tendrá su estrategia, pero lo más importante es que te haga sentir cómodo.
La depresión es un asesino silencioso. Este no distingue sexo, edad, clase social, orientación sexual, raza, nacionalidad, religión. Es una enfermedad que puede darle desde a bebés hasta las personas de la tercera edad en cada uno de los rincones del mundo. Son celebres los casos de personas de la vida pública que tenían esta enfermedad y tuvieron un triste final. Tales son los casos de Amy Winehouse, una popular cantante de blues, caracterizada por su voz profunda. La recordamos por varios éxitos, entre ellos la canción “Rehab”, en la que habla precisamente sobre su rehabilitación de las drogas. Robin Williams, un popular actor cuyos papeles siempre alegraban, siempre hacían reír y era una persona muy cálida, nadie hubiera sospechado que la sombra de la depresión lo atormentaba. Curt Cobain, vocalista del grupo Nirvana, con una voz privilegiada y cuyas letras enloquecieron a millones por todo el mundo. Ellos son algunos ejemplos de quienes tuvieron este padecimiento, que combinaron las drogas y el alcohol y no tuvieron un tratamiento médico adecuado. Sabemos de estos casos porque fueron personas de la esfera pública, pero es posible que lo padezcan tu tía, tu madre, tu padre, tus hermanos, tus hijos, sobrinos, abuelos y nietos o inclusive tú, que me estás leyendo en este preciso momento.
Hemos hablado de los riesgos y las consecuencias de no llevar un buen tratamiento médico, pero seguramente se preguntarán. ¿Cuáles son estos tratamientos? Bueno, yo soy un profesional de la salud (estudio ingeniería farmacéutica)3, y sería totalmente irresponsable y fuera de lugar por mi parte decirles los nombres de los medicamentos para tratar el padecimiento, ya que mi intención no es incentivar a la gente a comprarlos sin receta médica. Sin embargo, si es mi deber ético y moral explicarles en qué consisten estos tratamientos. Debo aclarar que cualquier medicamento para tratar la depresión, ansiedad y otros padecimientos, deben de ser recetados y estar vigilados por un médico con la especialidad de psiquiatría. Un médico general, no puede recetar medicamentos para tratar la depresión, solamente puede canalizarlos con el psiquiatra, esto, con sus conocimientos en la especialidad y con base a la información que ustedes le proporcionen, decidirá qué tratamiento es el adecuado.
Todos los fármacos que hay en el mercado para tratar la depresión, tienen una función muy diferente a la que tienen las drogas ilegales. Los fármacos tienen una acción terapéutica, esto quiere decir, que ayuda a aliviar la patología para la que fueron diseñados4. En cambio, las drogas ilegales, cambian la percepción de la realidad, son adictivas y tienen efectos nocivos a corto, mediano y largo plazo para la salud5. Los medicamentos han sido probados por años, para ver cuáles son los efectos secundarios. La mayoría de estos al inicio del tratamiento provoca somnolencia; sin embargo, esta comúnmente no dura más de un mes. Cabe aclarar que cualquier tratamiento no es de efecto inmediato, una persona tarda un par de meses en ver cambios significativos desde que comienza el tratamiento. Según muchos especialistas, los tratamientos para atender este trastorno, suelen no durar menos de 2 años.
Como he dicho previamente, el tratamiento farmacológico no es suficiente, se requiere terapia con un psicólogo así como hacer ejercicio junto con una alimentación adecuada.
Debo aclarar también, que cuando usas estos medicamentos para tratar la patología, NO CAUSAN ADICCIÓN, NO TE VUELVES FARMACODEPENDIENTE. La farmacodependencia, solo surge sí y solo sí, tomas cualquier clase de medicamento, el que sea, cuando tu cuerpo NO lo necesita, ya que este, se acostumbra a que las sustancias que estas tomando, hagan el trabajo que el mismo cuerpo tiene que hacer. En cambio una persona, ENFERMA de cualquier padecimiento, NECESITA sustancias ajenas a las que produce su cuerpo, para ayudarlos a sanar. He aquí la diferencia entre la farmacodependencia y la necesidad AUTENTICA de tomar medicamentos para tratar cualquier enfermedad. Las sustancias que tomas en los fármacos, son necesarias para aliviar tu salud. Si tomas CONSTANTEMENTE y sin VIGILANCIA MÉDICA este tipo o cualquier clase de medicamentos, hacen posible desarrollar una farmacodependencia, ya que tu cuerpo NO NECESITA de los fármacos que estas usando en tu cuerpo cuando NO ESTAS ENFERMO.
Cuando uno empieza el tratamiento, debe de tener paciencia, debe dejar que la terapia farmacológica, la terapia psicológica, la alimentación y el ejercicio hagan su trabajo. Con el tiempo, el paciente observará cuánto ha avanzado desde que inició. Es posible, dejar de tomar medicamentos, pero esto SIEMPRE tiene que ser validado por un médico psiquiatra, él es el único que sabrá cuándo se necesita el tratamiento, cual se requiere, cómo se requiere y cuándo es posible dejarlo. Por favor, si estás leyendo esto y tienes esta sombra sobre ti, ve con un psiquiatra, hay tanto en el sector público como en el sector privado, ten paciencia, se perseverante y recuerda que vales mucho como persona para que este depredador te destruya.
Depresión es una enfermedad difícil de entender, y para los amigos y familia que rodea a una persona con esta patología, lo puede ser aún más. Muchas veces, ellos piensan que sólo es pereza, o una simple tristeza, que es desgana o simplemente apatía. No podrían estar más errados. La depresión es una fuerza que consume tus ánimos, tus ganas de vivir, es algo que mal tratado, puede llevarte a lo más profundo de las adicciones e inclusive terminar con tu vida y lo hace haciendo que tu solo jales el gatillo.
Este artículo tiene el propósito de hacer conciencia a las personas que lo lean, de que no es algo tan simple, que es algo que merma a las personas. Si tú tienes un amigo o familiar pasando por esta difícil situación, por favor, por nada del mundo trates de animarle con un simple “echale ganas”, ya que las personas que tienen este padecimiento, lo que más quisieran es tener ganas, ánimos y fuerza. Simplemente su cerebro no se los permite. Si no sabes cómo puede ayudar, diles “Estoy contigo para apoyarte”, “Si necesitas a alguien que te lleve al psiquiatra y/o psicólogo, yo te llevo”, “Cuenta conmigo para hacer ejercicio juntos”, “No estás solo, me tienes a mí”, “Te quiero porque sé que eres una maravillosa persona”. En esta situación, las acciones valen más que las palabras, y si solo sabes dar palabras, dile cosas que lo animen, ayúdale a recordar cosas buenas de su vida, para que de esta forma, la persona encuentre un poco de fuerza para salir de ese estado.
Mi escritora favorita pudo crear a una criatura perfecta para demostrar los efectos de la depresión, pero también creó un hechizo para alejarlos. Este hechizo se pronuncia “Expecto patronum”, lo que en latín significa, “yo convoco un guardián”, este hechizo se logra con un recuerdo feliz increíblemente poderoso, con pensamientos positivos, con alegrías que el mago ha tenido. También creó un hechizo que se pronuncia “Lumos”, este es para tener una luz que te cuide hasta en la oscuridad más perpetua. Si tienes depresión, no olvides convocar al patronus más poderoso y convoca a un lumos. Recuerda no estás solo. Siempre habrá alguien te pueda y quiera apoyar.
“La felicidad se puede hallar hasta en los momentos más oscuros, si somos capaces de usar bien la luz”.- Joane Rowling
Referencias:
David Rojas
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