¿Por qué Perdemos la Inocencia?
Inocencia: Del lat. innocentia. 1. Estado del alma limpia de culpa. 2. Falta de malicia, mala intención o picardía. "tiene esa mirada que se atribuye a la inocencia de los niños"
De acuerdo a la escritora española Elsa Punset, experta en la aplicación de la inteligencia emocional y los procesos de aprendizaje, el ser humano nace inocente. Sin emociones mezcladas, sin dudas, sin miedos, sin mentiras. Llegamos para descubrir, luminosos y coherentes. Vulnerables pero abiertos al mundo, animados por una curiosidad rotunda y radical, dotados de la pasión por vivir.
En su libro,“inocencia radical” explica el camino para recuperar la curiosidad y la confianza en los demás que poseíamos cuando éramos niños y que poco a poco se va perdiendo con el transcurso de los años.
Elsa explica que tenemos un cerebro programado para sobrevivir, y es tan complejo y sofisticado que siempre se encuentra de alguna u otra manera en “modo alerta.” Es decir, nuestro cerebro tiende a buscar razones y defensas de manera inconsciente ocasionando así que siempre estemos atentos.
En un sentido más amplio, el cerebro utiliza gran parte de su energía en crear miedos y el exceso de defensas, obliga a opciones de vida muy controlados donde caben pocos riesgos, a comparación de cuando éramos niños. Además, esto también se puede reflejar en la reducción de emociones, de sentido de curiosidad, pasión, alegrías y sorpresa hasta llegar a un cierto “aburrimiento.”
¿CUÁNDO PERDIMOS EL SENTIDO DE ASOMBRO, EL ESPLENDOR DE LA MAGIA?
Se argumenta que cuando éramos pequeños era más fácil ser felices debido a que teníamos menos problemas que en nuestra adultez. Además, encontrábamos más fácil la solución: todo se arregla con un beso de una madre cuando te has caído, un “perdón” cuando has hecho algo malo, o una promesa cuando algo no ha salido tan bien como lo esperabas.
SITUACIÓN PERSONAL
Punset explica que la situación personal de vida de cada niño, hace que vayan perdiendo la inocencia antes o después.
Un niño víctima de bullying pierde la inocencia cuando sus compañeros le pegan o insultan, es así como va perdiendo la confianza en el mundo. Uno de los factores que todos los seres humanos ponemos en marcha es nuestra capacidad de resiliencia con base a la afectividad. Mientras más cariño, mayor superación de obstáculos.
Es decir, el niño acosado logrará con mayor facilidad desaprender que el mundo puede ser cruel, si cuenta con alguien que le de ternura. Mientras que si el niño sigue reforzando la triste lección de acoso, en su adultez se encontrará desconfiado y retraído. Por consiguiente, el entorno es crucial para bien o para mal.
Otro de los factores por los que se empieza a perder la inocencia, es cuando los problemas no se pueden arreglar de la manera esperada, cuando la búsqueda de la solución de un problema se convierte en un problema en sí.
Los adultos tenemos cierta tendencia a complicar las cosas en miles de casos en lo que habiendo una solución rápida y sencilla damos vueltas y más vueltas para llegar al mismo punto al que habríamos llegado siguiendo la línea recta. Nos cuesta mucho trabajo pedir perdón cuando hemos cometido un agravio porque ciertamente el nivel de orgullo va aumentando con el paso de los años.
¿SE PUEDE RECUPERAR LA INOCENCIA?
Es un hecho, no se puede volver a pensar como un niño, pero si se quiere, se puede volver a sentir como un niño, a vivir como un niño: crédulo, inocente, confiado, pequeño, humilde.
La inocencia no refleja ignorancia o ingenuidad sino ilusión, imaginación y una manera creativa y original de ver las cosas. Madurar no debería significar dejar atrás del todo esta capacidad de ser curiosos, aprender y no juzgar.
Cuéntanos en los comentarios, ¿Crees que se puede recuperar la inocencia? ¿Es bueno recuperarla? Y, ¿Para qué hacerlo?
Carla Ramírez Peña
Estoy de acuerdo en que todo parte del entorno en el que se desenvuelve. Desafortunadamente no todos tienen el goce de vivir una infancia llena de afecto y comprensión. Si el mundo tuviera más amor, seríamos más evolucionados y no habría tanta maldad. Saludos y gracias por este artículo, me hizo reflexionar muchas cosas.
Jaime Banda
Creo que tiene razón esta publicación, la inocencia se va perdiendo por qué la gente se aprovecha de la bondad. Al momento de tener una decepción se va volviendo uno más desconfiado
Rebeca Chavarria Sandoval
Yo creo que si podemos llegar a recuperar esa inocencia, siempre y cuando pongamos límites. Hay mucha gente que se aprovecha de la bondad de una persona humilde. Es difícil , pero creo que sólo podremos contagiar esta cualidad si las próximas generaciones crían a sus hijos con más compasión y ternura. Ahora nada más se la pasan en el celular y no pelan a sus hijos. Así, ¿cómo van a descubrir el mundo con atención, cuidado y cariño? Y que no me vengan que porque están ocupados, yo soy madre soltera y tuve la bendición de criar a mis hijos compartiendo amor, límites, y respeto. Estoy orgullosa de que ambos son profesionistas y llevan una familia como mejor traté de enseñarles. Nadie es perfecto pero se puede enseñar respeto y humildad. Saludos desde Baja California.
Aïcha Cissoko
Hay situaciones que subestimamos y no nos damos cuenta de lo trascendentes que resultan en nosotros, en nuestra esencia, en nuestro ser. Ojo con repetir patrones como padres. Gracias, excelente texto.