Cupido, la Historia Detrás del Dios del Deseo Amoroso

 

Cupido es uno de los símbolos más representativos del día de San Valentín, se le conoce como un niño alado y armado con arco y flechas que son disparadas a dioses y humanos, provocando que se enamoren profundamente. En ocasiones lleva también los ojos vendados, para mostrar que el amor es ciego.

 

 

Cupido es una palabra latina emparentada con otras cuya etimología gira en torno al «deseo». También recibe el nombre de Eros, y es considerado el dios del amor, la belleza, fertilidad y el deseo sexual.

 

 

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Por ejemplo, la mitología grecorromana cuenta que Cupido es el hijo de Venus (Afrodita), diosa del amor, y Marte (Ares), el dios de la guerra.

 

Después de dar a luz a Cupido, Venus tuvo que esconderlo en los bosques pues el dios Júpiter (Zeus) intentó asesinarlo.

 

Cupido fue amamantado por las fieras del bosque; creció y heredó la belleza de su madre. Con madera de un fresno se fabricó un arco y flechas con el que comenzó a practicar y consiguió una gran puntería.

Al notar la habilidad de su hijo, Venus le regaló un arco y flechas de oro y le concedió el don de despertar el amor o el olvido. A la espalda llevaba dos clases de flechas, unas doradas con plumas de paloma que provocaba el amor instantáneo y las otras hechas de plomo con plumas de búho, que provocaban la indiferencia u olvido.

 

Venus, madre de Cupido, sentía muchos celos de Psique, una mujer mortal caracterizada por su gran belleza. Así que le encomendó a Cupido una importante misión, hacer que Psique se enamorase perdidamente de un hombre de clase baja y de apariencia poco atractiva. El problema surgió cuando Cupido vio a Psique, de quien se enamoró instantáneamente. No cumplió con la misión que le había encargado su madre y decidió casarse con ella.

 

El siguiente paso en su relación, fue instalar a Psique en el palacio, donde acudía todas las noches a visitarla. Lo hacía a oscuras para que no pudiese identificar su divinidad.

 

Las hermanas de Psique estaban muy celosas de la suerte que había tenido con Cupido, de modo que hicieron todo lo posible por convencerla para que creyese que él era una serpiente muy peligrosa, con la que debía acabar para salvar su vida.

 

Una noche, ella iluminó el cuerpo de Cupido, para comprobar si realmente era una serpiente. Fue así como descubrió que era el dios Cupido, de forma que fue incapaz de hacerle daño. No obstante, él la descubrió y se arrepintió de no haber cumplido la misión que le había encomendado su madre. Gracias a esto, decidió huir, pero Psique fue tras él, tratando de encontrarlo por cielo y tierra.

 

En el cielo se encontró con Venus, quien la hizo pasar por complejas pruebas para determinar su resistencia. No obstante, Psique nunca se rindió. A modo de recompensa, se pudo casar con Cupido en el consejo de los dioses.

 

De este amor nació su hija Voluptas (Placer) y desde entonces, el amor ha sido simbolizado por dos corazones atravesados por una flecha.