¿Por Qué Sentimos Miedo?

 

¿Miedo o terror?

El terror es la epitome de cuando sentimos miedo, es el miedo llevado al extremo. Es muy normal sentir esta emoción, en realidad la mayoría de las personas lo sentimos constantemente.

El terror puede provocar cosas muy interesantes en nuestro cuerpo. Veamos primero qué es lo que genera la sensación de terror y por qué bioquímicamente hablando, podemos hacer cosas que en una situación normal no podríamos.

 

El miedo es una emoción humana que, como todas las demás, tiene una función biológica. Sirve para ponernos alerta y poder protegernos frente a situaciones de peligro.

Igual que la ira, el deseo sexual o el placer, el miedo está controlado por el sistema límbico. Éste es el responsable de desencadenar en el cuerpo una serie de reacciones, que responden al instinto de supervivencia: el miedo va a asegurar que se produzcan las respuestas corporales necesarias para el éxito del individuo ante una situación de riesgo.

 

El mecanismo biológico del miedo funciona de la siguiente manera: Cuando los sentidos analizan una percepción (por ejemplo, la imagen de un depredador) transmiten a la amígdala central una determinada información. Esta información es interpretada por la amígdala como algo peligroso, y envía señales eléctricas al sistema nervioso autónomo. A continuación, segregamos noradrenalina, que agudiza la percepción y aumenta la capacidad de memoria. Por su parte, el hipotálamo ordena a la glándula pituitaria que segregue hormonas “de emergencia” y las glándulas suprarrenales segregan adrenalina en la sangre.

 

Lo que el individuo nota, como consecuencia de estas reacciones de su organismo, es que el corazón late más deprisa, la respiración se acelera, se dilatan las pupilas, y se inhiben otras funciones no necesarias en ese momento, como la digestión. Todo ello tiene el objetivo de preparar al cuerpo para una huida inminente, o incluso un ataque.

 

Estas reacciones tienen un propósito en particular: El corazón que lata más deprisa es para que bombee más sangre a las partes más alejadas de nuestro cuerpo como las extremidades y el cerebro, esto es para que tengamos más velocidad y fuerza y podamos reaccionar más rápido a un obstáculo o una oportunidad. La respiración de acelera porque vamos a necesitar la mayor cantidad de oxigeno posible en la sangre, para que las funciones anteriores se lleven a cabo. La dilatación de pupilas es para poder captar la mayor cantidad de luz posible, esto con el fin de que mejore nuestra visibilidad, aún más si tomamos en cuenta que la mayoría de las situaciones de terror se viven cuando estamos en lugares oscuros. La razón de que se inhiba la digestión es para que nuestro cuerpo aproveche la energía que hay en ese momento en el organismo y no necesitemos excretar lo que no necesitamos durante ese momento de salvación.

 

Además, algunas reacciones extremas al miedo son la sudoración (para refrigerar el cuerpo en caso de huida), la sordera parcial, la visión de túnel, sequedad bucal (como consecuencia del cese de la digestión), paralización del cuerpo o incluso alteración de la percepción, (sensación de que el tiempo pasa más lento).

 

Las imágenes muestran las áreas cerebrales que se ­activan durante el aprendizaje del miedo (miedo ­condicionado): corteza cingulada anterior dorsal (1), ínsula anterior (2), corteza prefrontal dorsolateral (3), región dorsal del tronco craneoencefálico (4), precúneo ­dorsal (5), hipotálamo (6), corteza somatosenso­rial (7), corteza suplementaria motora (8), tálamo (9) y ­estriado ventral (10). [DE: «NEURAL SIGNATURES OF HUMAN FEAR CONDITIONING: AN UPDATED AND EXTENDED META-ANALYSIS OF FMRI STUDIES». M. A. FULLANA ET AL. EN MOLECULAR PSYCHIATRY, VOL. 21, N.o 4, ABRIL DE 2016] Imagen de cortesía: www.investigacionyciencia.es

 

 

 

¿A QUÉ LE PODEMOS TENER MIEDO?

Además de lo obvio (situaciones que puedan poner en peligro nuestra seguridad), también le tenemos miedo a cosas que no pueden hacernos daño o que no existen, los miedos irracionales (como el miedo a la oscuridad, a los fantasmas, o a hablar en público). A qué le tenemos miedo cada individuo depende de nuestra predisposición genética, además de a los estímulos a los que nos hemos sometido a lo largo de la vida. Cuando un miedo irracional provoca síntomas incapacitantes para llevar una vida normal, a este miedo se le denomina fobia, y debe ser tratado con ayuda de un profesional de la psicología. 1

 

Lo curioso es que, un temor muy frecuente, es al hecho de ser agredidos sexualmente. Este es un temor que la mayoría de las personas (principalmente mujeres), tienen constantemente al salir a la calle. La ciencia nos indica que cuando se lleva a cabo esta situación, el cuerpo humano reacciona de forma muy similar al terror o al miedo. Pero de este tema hablaremos en un par de artículos siguientes.

 

Referencias

1 https://www.muyinteresante.es/ciencia/especiales/halloween-la-ciencia-del-miedo.

 

 

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