No es un Adiós, sino Hasta Pronto ¿Cómo Afrontar la Muerte de un Amigo?

 

En memoria de Karitina Reyes

 

La muerte de un ser amado nunca es fácil, en realidad la perdida de alguien cercano jamás lo es.

Perder a un amigo, es tan doloroso o inclusive, en algunas ocasiones, lo es mas que la de un familiar cercano.

 

Se dice que los amigos son ángeles en la tierra, son más que hermanos, ya que son nuestros cómplices en multitud de travesuras, son nuestros confidentes, guardan nuestros más oscuros secretos. Los amigos son la familia que nosotros elegimos. Son personas que son semejantes a nosotros, quizá en intereses, quizá en ideales, quizá en habilidades; no lo sabemos a ciencia cierta, pero sentimos por ellos algo especial, un cariño diferente al que sentimos por muestra familia.

 

Los amigos son las personas que les damos el poder y las herramientas para destruirnos, pero lo hacemos sabiendo que jamás lo harán. Es por eso que podemos llamarlos nuestros amigos.

 

La muerte tiene, muchas definiciones y creencias. Hay toda una disciplina que estudia a la muerte y sus procesos; esta es la “Tanatología”.

 

Para la biología la muerte es, “cuando cada parte que compone a un ser vivo deja de funcionar”, mientras que la medicina considera a la muerte como: “el fallo completo de los órganos debido a que ya no hay actividad cardiaca o cerebral”. Para las culturas mesoamericanas su visión de la muerte era distinta, para ellos no era la perdida completa de un ser, creían que una vez al año, los difuntos regresaban como espíritus para convivir con nosotros. En cuanto a las creencias judeocristianas, consideraban que la muerte era el fin del camino, creían que el alma, (si había obrado bien en vida), podía ir al paraíso para unirse a Dios; de lo contrario, el inframundo era el destino de llegada para ser castigado por Lucifer y sus allegados.

 

Para muchas culturas y países, la muerte es un tema tabú. Es algo que no se habla debido a que se le respeta o se le teme.

 

Para nosotros como mexicanos, perdura la creencia de origen prehispánica donde la muerte no es un adiós, sino un hasta pronto. En México, el 1 y 2 de Noviembre son fechas muy importantes. Celebramos el Día de Muertos, o también conocido el día de todos los santos, o de los santos difuntos. Este día es más que un luto, es una celebración.

 

 

 

Foto de Cortesía

 

 

 

“Para una mente bien organizada, la muerte es solo el comienzo de la siguiente gran aventura”.- Joane Rowling.

 

Para nosotros resulta reconfortante pensar que cuando un ser amado ha fallecido, realmente no se ha ido completamente, sigue viviendo entre nosotros. Sin embargo, esto no quiere decir que la ausencia de un amigo duela menos, al contrario.

 

Para los que hemos perdido un ser querido, hay 5 etapas que son inevitables pasar y que la tanatología se encarga de estudiar. Estas etapas son:

 

  1. Negación: Es el momento de la sorpresa, cuando decimos que no está pasando, que es un error, que es una broma y aunque lo veamos, pensamos que es un sueño.
  2. Ira: Es un enojo con la persona fallecida. “Nos dejó, nos abandonó”, nos enfurecemos por creerlo egoíst@ y dejarnos solos, también nos enojamos con nosotros mismos por no haber sido capaces de ayudar.
  3. Negociación: Le pedimos a Dios, a la vida, a la muerte o inclusive a nuestro amigo, que regrese.
  4. Depresión: Este es el punto más bajo. Es una tristeza tan inmensa que nos roba la energía. Si quieres leer más acerca de este tema lee el artículo “Depresión: El depredador silencioso.” En general sentimos que no podemos continuar porque nos duele la perdida de nuestro amigo.
  5. Aceptación: Es cuando salimos de la depresión. Es cuando entendemos que es el ciclo de la vida, que su muerte se dió por circunstancias fuera de nuestro alcance, lo entendemos y seguimos adelante.

El duelo es necesario para sanar, cuando llegamos a la aceptación no quiere decir que hemos olvidado a nuestro amigo, simplemente seguimos adelante.

En mi opinión, creo que cuando pierdes a un amigo o cualquier ser querido, no superas completamente la ausencia, solo aprendes a vivir con el dolor.

¿Te ha pasado que en ocasiones piensas en esa persona especial y sueltas una lágrima? ó quizás suspiras y piensas en la vida que pudiste haber compartido con esa persona.

La muerte es natural, como la caída de los pétalos de una rosa, puede ser dulce, puede ser tan bella como cuando al ave fénix le llega su hora; pero al mismo tiempo, vuelve a nacer. Por cada vida perdida, hay una vida que se ganó.

 

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La muerte es algo misterioso, intrigante y a veces atemorizante, pero tenemos que aceptar que todos partiremos en algún momento, tarde que temprano llegará nuestro turno. Parte de la vida es conocer y convivir con amigos, padres, hermanos, abuelos, primos, maestros, alumnos… todas las personas que tocaron nuestras vidas y dejaron su marca, su enseñanza siempre vivirán en nuestros recuerdos, porque el amor es algo que trasciende épocas, tiempo, espacio, edades. El amor autentico lo puede todo, y cuando más necesitamos a nuestros seres amados estos se manifiestan. A veces en sueños los vemos y platicamos con ellos, nos advierten o los vemos como eran antes. Creo fielmente que nuestros amigos y seres amados están en el viento que sopla, en la lluvia que nos moja y nos hace sentir vivos, en los rayos del sol, en ese café caliente que bebemos por la mañana y que sentimos cómo reconforta el alma. Está en la belleza de las flores que vemos en el camino y que nos alegra el día, en esa risa espontánea al recordar una anécdota divertida, en los recuerdos impregnados en los lugares donde convivimos y fuimos felices. Ellos están en cada acción, cada momento de nuestra vida, porque cuando amamos a alguien de verdad, jamás lo abandonamos y ellos tampoco a nosotros.

 

Yo perdí a mi querido amigo Erick, lo conocí a los 16 años en la preparatoria, congeniamos rápidamente, debatíamos y reíamos. Cursamos una carrera técnica, fuimos equipo para un proyecto, trabajamos juntos para sacar a flote todos los compromisos escolares. Cuántas borracheras vivimos, cuántas carcajadas y por supuesto, pasamos horas estudiando para entrar a la universidad. Sí, él fue un gran amigo y cumplimos la meta de entrar a estudiar una carrera en Ingeniería. El día de su décimo noveno cumpleaños le detectaron un tumor en la base de la espalda, resultó ser leucemia. Esta terrible enfermedad acabó con su vida en tres meses. Esos meses estuve con él en el hospital, lo vi decaer y sólo pedía dejar de sufrir. Éramos un gran grupo de 10 amigos con las mismas metas y sueños, pero él, no pudo culminarlo por algo que nadie sabía que pasaría. Viví todas las etapas del duelo, las viví con mis queridos amigos, nos apoyamos mutuamente y hoy, 7 años después de su partida lo seguimos recordando. Él estuvo presente en las bodas de nuestros amigos, en los nacimientos de sus hijos, en las graduaciones de sus amigos. Él estuvo en todos esos momentos, porque aunque partió antes de tiempo, su amor y cariño, su amistad perduraran hasta que llegue el día en que lo alcancemos.

 

¡Hasta pronto buen amigo!

 

 

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