Por favor No me digas «Feliz Día” Tipos de Violencia Contra La Mujer

 

 

Durante las últimas décadas las mujeres han conmemorado el 8 de marzo como un día importante para dar visibilidad a la No Violencia de Género, y han defendido la fecha para no caer en sentimentalismos absurdos y cursis, ni en el consumismo de otras fechas como sucede con el 10 de mayo.

 

Con la frase “No me digas feliz día”, buscan restituir el papel de la mujer, así como recordarle a la sociedad en general que aún falta mucho camino por recorrer en busca de la equidad de género.

 

En México, la Ley General de Acceso a una Vida Libre de Violencia es relativamente joven, apenas publicada en 2007, aún hay mucho desconocimiento sobre su implementación y alcances por parte de la sociedad.

 

Quizás lo primero que haya que conocer es la clasificación que se hace de la violencia de género. La ley marca 5 tipos de violencia: psicológica, sexual, física, patrimonial y económica. Siendo estas dos últimas prácticamente desconocidas por las mujeres. Y es que un golpe, un insulto o una agresión sexual son más fáciles de identificar y poco a poco se ha ido poniendo freno a ellas, sin embargo, la económica y la patrimonial son violencias que siguen presentes en la vida de las mujeres, y los hombres siguen perpetuando a través de un machismo más “sofisticado”, en que, frente al empoderamiento femenino, ellos parecen adoptar y aceptar nuevos roles masculinos sin que eso signifique necesariamente que sean menos tóxico y violentos.

 

La ley define como violencia económica: “toda acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima.” Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral.”

 

De sobra sabemos que no hay ningún lugar en el mundo en donde mujeres y hombres ganen lo mismo por el mismo trabajo, la brecha salarial sigue siendo un pendiente en las políticas públicas. Según datos del INEGI en México más del 50% del sustento económico de los hogares están a cargo de una mujer, y sin embargo ostentamos, como nación, uno de los primeros lugares en violencia de género. Es decir, el empoderamiento económico de las mujeres no se ve reflejado en sus relaciones interpersonales, ni en su estatus dentro del entramado social.

¿A dónde va ese dinero?, ¿a dónde van sus horas de trabajo?

En muchos casos a la cartera de su pareja sentimental, a los gastos del hogar (los cuales no son equitativos), a la manutención de los hijos debido a la ausencia de una figura paterna, etcétera, etcétera.

 

Por otro lado, la violencia patrimonial también va en ese sentido de despojo. La ley la define como “cualquier acto u omisión que afecta la supervivencia de la víctima”. Se manifiesta en: la transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades y puede abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la víctima.”

 

Son innumerables los casos en donde a las mujeres no se les hereda, o su herencia pasa a manos del hombre más cercano a ella (hermano, hijo, esposo…), en otras se le esconden o limita el acceso a objetos o documentos con la finalidad de que no estudien o trabajen. Porque, “¿para qué vas a estudiar si te vas a casar, para qué quieres trabajar, qué te hace falta, cuánto vas a ganar? Yo te lo doy”. Y ejemplos, muchos.

 

Quizás muchas y muchos se reconozcan en dichas situaciones y deben saber que estar frente a cualquier tipo de violencia, es igual de letal, ya sea esta psicológica, física o sexual, todas van de la mano. A la larga, el deterioro emocional, mental y físico de la víctima se ve lentamente mermado.

 

Por ejemplo, una pareja puede decirte que le cedas los derechos de tu casa o tu auto, y si te niegas, ella te violentará primero psicológicamente y si no cedes, lo hará físicamente. Es así como se van sumando, algunas incluso, a la par. Como las que estamos analizando.

 

CÓMO DETECTAR LA VIOLENCIA ECONÓMICA Y PATRIMONIAL

 

Violencia económica:

• Acaparar o limitar los ingresos de la pareja.
• Prohibirle trabajar.
• Condicionar gastos con ciertos comportamientos.
• Negarse a pagar gastos esenciales para el hogar.
• Prohibir la toma de decisiones en la economía del hogar.
• Obligar a la pareja a rendir cuentas de os gastos aun cuando se hagan con ingresos propios.

 

Violencia patrimonial:

• Dañar los bienes o pertenencias de la mujer con el objetivo de humillarla o hacerla sentir mal.
• Ocultar documentos personales como actas de nacimiento, identificación oficial, etcétera que son necesarios para realizar trámites de algún tipo.
• Quitar documentos que comprueban que la mujer es dueña de alguna propiedad.
• Disponer de bienes de la pareja sin su consentimiento.
• Obligar a escriturar o poner a nombre de otra persona, cosas o propiedades que la mujer compró o heredó.

 

TIPS

Haz un cálculo de los gastos mensuales del hogar y divide en partes iguales. No se trata de dividir los pagos, sino el monto de los gastos que se generan.

 

No permitas chantajes del tipo: “yo puse para tal cosa”, “yo te compré el otro día x cosa”. Todas estas son frases micro machistas y su objetivo es perpetuar el machismo e impedir que se empoderen las mujeres.

 

Siéntete dueña de tus cosas, las que compras y las que te regalan o te heredan. Son tuyas y de nadie más. Tú dispones de las mismas como mejor te plazca, sin remordimientos, lo ganaste, te pertenecen y las mereces.

 

 

 

 

 

Mientras no empoderemos a las mujeres y ellas no se sientan como tal, no les digas “Feliz día”