Diseño Biofílico: La necesidad Humana de Conectar Con La Naturaleza
El ser humano, algunas veces de manera consciente y otras de manera totalmente inconsciente, busca relacionarse con la naturaleza, esa conexión que calma, relaja y muchas veces transporta hacia otros lados. Existe un término para describir esta necesidad imperiosa de vincularse a lo natural: Biofilia. Este término proviene del griego bios, que significa vida, y philia, que es amor o inclinación a. Por lo tanto, podemos decir que Bioflilia significa “Amor a lo vivo” o a las cosas vivientes.
Este término no es nuevo
La primera vez que se utilizó este concepto fue en 1964 por el psicólogo y filósofo alemán Erich Fromm, donde en su libro “El corazón del hombre” se refiere a la atracción por la vida y la naturaleza. Pero fue hasta 1984 cuando el concepto quedó plasmado por el biólogo de Harvard Edward O. Wilson, al escribir su libro titulado “Biophilia”, donde plantea que el ser humano tiene la capacidad innata de centrarse en la vida o una afinidad por los organismos vivos y que el contacto con la naturaleza es esencial para su desarrollo psicológico, todo esto gracias a que la evolución del ser humano proviene de su relación con la naturaleza y gracias a ella. Wilson define al ser humano como un ser social y natural, quien para su desarrollo necesita del contacto tanto con otros seres humanos como del contacto con la naturaleza.
Una vez entendiendo el concepto, podemos hablar entonces de Diseño Biofílico, el cual en el mundo del diseño de interiores y la arquitectura, promueve que se incorporen elementos o referencias del mundo natural en los espacios. Pero ¿qué beneficios tiene aplicarlo? Según un informe de la OMS, las personas pasan en promedio hasta el 90% de su tiempo en espacios interiores, ya sea en sus casas, como ha sucedido durante la pandemia, o en espacios de trabajo, lo cual está comprobado que aumenta los niveles de estrés. Por otro lado, podemos encontrar diversas investigaciones realizadas por universidades alrededor del mundo, que demuestran a través de datos medibles que el contacto con la naturaleza trae grandes beneficios a la salud humana: de ahí la importancia de generar esa conexión e intentar traer a la naturaleza al interior de los espacios.
De esta manera, el Diseño Biofílico se ha vuelto una herramienta crucial para generar espacios de bienestar que promuevan esta conexión e interacción directa con la naturaleza.
Entonces, ¿Cómo influye este concepto en nuestras vidas?
Al tener una influencia directa en nuestro estado emocional y físico, el valernos del Diseño Biofílico en diversos ámbitos trae grandes beneficios para la salud en general. Ejemplos de esto lo podemos ver en espacios como hospitales, donde se ha visto que los pacientes con mayor contacto con la naturaleza tienen una recuperación más acelerada; en las escuelas los niños con acceso directo a áreas verdes y que pueden conectarse mejor con elementos naturales, dan mejores resultados académicos. En espacios de trabajo, diversos estudios, como “El Impacto mundial del Diseño Biofílico en el lugar de trabajo”, realizado por Human Spaces y dirigido por Sir Cary Cooper -Profesor de Psicología y Salud Organizacional en la Universidad de Lancaster, y experto líder en bienestar y estrés en el trabajo- arrojan que el 47% de las oficinas a nivel mundial no tienen acceso a la luz natural y el 58% no utilizan plantas ni elementos vegetales dentro de sus espacios. Por otro lado, esta investigación también nos demuestra que los trabajadores que tienen contacto directo con elementos naturales son un 15% más creativos, un 6% más productivos y reportan un incremento de un 15% en su bienestar general: los trabajadores reportan tener mayor claridad al pensar, una reducción importante de estrés y disminución de ausentismo relacionado con temas de salud.
¿Cómo logramos incorporar la Biofilia dentro de nuestros espacios?
Se puede hacer de una manera más sencilla de lo que imaginamos, utilizando materiales naturales y elementos que nos hagan referencia directa a la naturaleza, como madera, piedra, agua, colores alusivos o elementos vegetales, tanto de manera literal como figurativa. Con esto me refiero a la Integración de siluetas o formas botánicas en los diseños, o a la reproducción de texturas, patrones o imágenes alusivas a algún elemento del mundo natural. Otro punto sumamente importante a considerar en el diseño de nuestros espacios es el acceso directo a la luz natural y las vistas hacia el exterior, ya que se ha demostrado que cuando las personas tienen este contacto y conexión visual con paisajes exteriores, generan mayor cantidad de activación cerebral.
¿Y qué pasa con el diseño de las ciudades?
El Diseño Biofílico también influye en el Diseño Urbano. La mayoría de las veces, cuando pensamos en una gran ciudad, se nos viene a la mente una ciudad de asfalto, grandes edificios, automóviles, transporte e infraestructura en general. Rara vez se piensa en una ciudad como un espacio verde y en conexión directa con la naturaleza; dejamos esos pensamientos a la idea de salir de día campo, a dejar la ciudad atrás y al estrés que nuestras actividades cotidianas conllevan. Sin embargo, generar esta conexión y contacto diario con la naturaleza en un entorno y contexto urbano ha cobrado cada vez más relevancia. De la misma manera en que la Biofilia impacta nuestro desempeño en los espacios interiores, un diseño urbano desde el punto de vista biofílico debe permitir a sus habitantes desarrollar actividades que lo hagan generar mayor empatía con la naturaleza, que lo involucren con su cuidado y que aprendan de ella. Un diseño urbano biofílico debe brindar la oportunidad de desarrollar actividades al aire libre, integrar espacios ecológicos donde también se involucren los sentidos para generar experiencias multisensoriales que incluyan y potencialicen la relación con los sonidos de la naturaleza, los olores y la experiencia visual; también es importante que las ciudades con enfoques biofílicos desarrollen la infraestructura necesaria para soportar la conservación de la naturaleza y desarrollar conceptos sustentables. Todo esto al final recae en una mejor calidad de vida para los habitantes. Un ejemplo de aplicación de diseño biofílico en ciudades lo podemos encontrar en Singapur, conocida como “Ciudad Jardín” y recientemente nombrada “Ciudad del Futuro”, que creó un proyecto para dotar de árboles y vegetación a la ciudad a través de grandes corredores que conectar más de 700 km2.
Como podemos ver, la incorporación de la Biofilia en los diseños de espacios y ciudades trae consigo consecuencias por más beneficiosas en la vida general del ser humano. Este contacto con la naturaleza nos regresa a nuestro deseo de conexión, a la necesidad de introspección, potencializa nuestra curiosidad y nuestro sentido de comunidad.
Retomando el texto de Fromm:
“La necesidad humana de la naturaleza está vinculada no sólo a la explotación material del medio ambiente, sino también a la influencia de la naturaleza en nuestro bienestar emocional, estético, cognitivo e incluso en el desarrollo espiritual.”1