¿Qué es el Niño Interior y Cómo Conectar con Él?

 

Todos llevamos un niño interno o una parte dentro de nosotros que nos recuerda a nuestra infancia. La metáfora del niño interno representa el niño que fuimos antes de convertirnos en el adulto que somos hoy en día. Por lo tanto podemos definir el niño interior cómo el conjunto de actitudes, sentimientos, valores y recursos de cuando éramos pequeños. El niño interno simboliza todo el potencial que llevamos dentro, nuestra esencia más pura de ser, la manifestación de amor en la vida.

 

 

El niño interior en psicología es un concepto que se atribuye al psicólogo Carl Jung. Este especialista desarrolló el denominado arquetipo del niño como una forma de ayudarnos a conectarnos al pasado, intentando hacer que los pacientes se reconectaran con las experiencias y las emociones de cuando eran niños. A partir de este concepto que desarrolló Jung, muchos psicólogos tomaron la idea del niño interior para utilizarla conjuntamente con técnicas del psicoanálisis.

 

 

Así pues, ¿cómo conectamos con nuestro niño interior?

 

Sin lugar a dudas, nuestro niño interior nos recuerda grandes momentos a través de nuestra vida, y nos ayuda a descubrir y liberar emociones. Estos son algunas de las cosas que puedes practicar para siempre abrazarlo, cuidarlo y mimarlo.

 

 

1. Recuerda cómo eras de niño y lo que querías

 

Te invitamos a hacer una retrospectiva. ¿Cómo eras de niño? ¿Cuáles eran los programas que te gustaban, ver una y otra vez? ¿A qué te gustaba jugar y qué es lo que más extrañas de esa etapa? Con esto, traerás a tu mente aquellas memorias que tenías guardadas en un cajón. Parte inicial del proceso es recordar quién eras y a dónde querías y creías ir.

 

2. ¡A cumplir ese sueño abandonado!

 

¿Qué es aquello que siempre quisiste hacer pero no pudiste? Pregúntate por qué lo dejaste y por qué no lo has hecho. Nunca es tarde para iniciar tu sueño. Inscríbete a un taller de lo que siempre quisiste aprender.

 

 

 

3. ¿Jugamos? 🙂

 

El juego es algo que como seres humanos tenemos dentro. Nuestras habilidades lúdicas pueden estar muy despiertas cuando somos niños y a medida que crecemos van cambiando o dejando de ser prioridad. Jugar con otros niños, nos ayudan a reforzarlas y a dejar salir ese niño que tenemos dentro. Anímate a jugar con tus hijos o familia. Incluso, ¡juega tu juego de mesa favorito o videojuego favorito!

 

4. Permítete maravillarte con algo

 

De niños tenemos una genuina capacidad de asombro con todo aquello que vemos, desde una simple gota de lluvia hasta las olas del mar. Date permiso de maravillarte con algo, ya sea la naturaleza, un nuevo sabor en tu alimentación, el maravilloso color de una flor, la forma de las nubes…

 

5. Déjate apapachar por tus papás

 

El lazo padre-hijo tiene un lugar fundamental para el ser humano, sobre todo en la infancia. Si tienes el privilegio de tener a tus padres, disfrútalos, déjate consentir y volver a sentir esa protección de ellos. Ser un adulto no significa que no puedas seguir siendo el bebé de mamá por un día.

 

6. Haz algo espontáneo y creativo

 

Si debes hacer labores en casa, pon música y anímate a bailar mientras las haces, cambia la decoración de tus espacios favoritos, haz en tu tiempo libre uno de tus hobbies favoritos de aquellas épocas. Al menos por un día, no temas hacer regadero, o comer más calorías de lo normal.

 

 

7. Cómprate ese juguete que siempre quisiste o quizás viste recientemente y te encantó. ¿Baby Yoda, nos estás escuchando? 🙂 

 

¿Qué juguete siempre ansiaste tener pero nunca tuviste? Anímate a comprarlo y recuerda qué era lo que tenía de especial. Cúmplete un gustito. Hazlo por ese niño que fuiste. Se lo merece

 

 

8. Diviértete como un niño

 

Trata de desconectarte del trabajo, olvídate del jefe o de las presiones cotidianas y simplemente, ¡diviértete! Ve a un parque, anda en bici, anímate a jugar o saltar «avioncito» con tus hijos o sobrinos. Haz lo que desees, pero revive esa satisfacción única de sentirte niño otra vez. Sin miedos, sólo añorando y abrazando esa intensa emoción de jugar y aprender.

 

 

¡Feliz día de la niña y el niño!

 

REFERENCIAS

https://www.mundopsicologos.com

 https://blogs.unitec.mx