La Otra Cara de la Pandemia
En esta cuarentena nos hemos enfocado muchísimo en lograr hacer cosas nuevas, diferentes, aprender y motivarnos. Miles de influencers han dado rutinas de ejercicio, tutoriales, hasta shows mediante plataformas digitales para animarnos ante la situación que hoy toca a México y al mundo entero, pero muy pocos se han atrevido a hablar de la realidad que vivimos y como esta nos afecta fisica y emocionalmente.
Soy una persona que sufre ansiedad y que, al inicio de esta cuarentena intenté motivarme, hacer ejercicio, hacer tutoriales de cocina (sí, fui una de las que hizo un pay de limón) y sin fin de actividades que mantuvieran mi mente ocupada. Intenté ver las cosas buenas que esto traía consigo: el estar más tiempo con mi familia, el no trasladarme una hora a la escuela, el no tener que soportar el tráfico y el poder disfrutar más a mi perrita. Ilusamente creía que la cuarentena duraría unas escasas semanas, pero mi sorpresa fue otra al ver que los casos en México aumentaban, en las noticias decían que seguíamos en semáforo rojo, que no había fecha para poder volver a clases o para salir. La ciudad cada vez se veía más vacía. El pánico en mi casa era demasiado. Así que el miedo, la incertidumbre y sobretodo la ansiedad incrementaron. Cada día eran menos los días que hacía ejercicio, cada vez tenía menos ganas de arreglarme, me preocupaba salir por miedo a contagiarme, por contagiar a mis papás, que ellos son más propensos a esta nueva enfermedad. Me preocupaba el cómo mis hermanos padecían esta situación en sus trabajos y cómo su economía se vería afectada. Me enojaba cada que veía que algún conocido rompía la cuarentena, me frustraba que no pudiera disfrutar de una “vida normal”, me preocupaba cada que pensaba en esas personas que vivían al día y que ahora no tendrían que comer, por todos esos animales que fueron abandonados por la crisis económica.
Fueron meses difíciles, donde creía que yo estaba mal por pensar así, que tal vez era culpa de mi enfermedad, que sobrepensaba demasiado las cosas porque veía que mis amigos, vecinos, familiares, emprendían y buscaban la oportunidad de salir adelante, mientras yo seguía atascada en mis pensamientos. Sin embargo, mientras más hablaba de mis sentimientos, me daba cuenta que no estaba sola, que había muchas personas que simpatizaban conmigo, personas que tenían los mismos miedos, la misma incertidumbre, la misma tristeza, únicamente que las personas no habían normalizado el hablarlo.
Fue ahí donde empecé a admirar aún más a los mexicanos, que aún en las peores situaciones siempre ven el lado bueno, que buscan salir adelante. Y también entendí que muchas personas no habían demostrado esos miedos o esa incertidumbre por tal vez un tema cultural, porque pensaban que estaba mal sentirlo, como fue mi caso o incluso porque quisieron reprimir todos esos sentimientos “negativos”
Hoy te escribo esto, por si tú también estas pasando una situación similar y para que sepas que el miedo, la incertidumbre, la confusión e incluso la frustración, la hemos vivido todos y que está bien sentirlo. Está bien que hoy te sientas con unas inmensas ganas de llorar, de no salir de tu cama, de querer ver la televisión todo el día. Está bien tener miedo, está bien sentirte confundido. Si hoy tú te sientes cansado, triste o desanimado, date la oportunidad de vivir esos sentimientos, aprender de ellos y sobretodo salir adelante. No debes perder la esperanza de poder, en unos meses, ver a tus amigos y abrazarlos, de poder volver a tomar clases o ver a tus compañeros de trabajo, incluso de volver al tráfico que nos agobiaba, a esas horas en periférico o viaducto. Porque sin duda alguna algo que nos ha dejado la cuarentena, es valorar nuestra cotidianidad.
Flores C
Increíble artículo 😍
Carranza
Gran artículo